miércoles, 10 de septiembre de 2008

Reflexiones

El filósofo español Javier Echeverria reflexiona sobre la sociedad actual. Se cuestiona y nos cuestiona sobre el desarrollo de las nuevas tecnologías y su influencia en la sociedad.

Establece que al entorno natural y al urbano debe agregársele un tercer entorno al que se lo podría llamar electrónico, virtual o tecnológico y que estos tres entornos no están separados sino que se superponen y conviven armando un complejo entramado.

Según el autor, este tercer entorno por su sistema de poder y de economía se lo puede compara a las sociedades feudales. En esta época son las empresas transnacionales de comunicaciones las que manejan el sistema virtual y al que llama “señores del aire”. Ellos son los grandes dueños de la información y las telecomunicaciones, los poseedores de todo tipo de recursos que utilizan para controlar el flujo informático y que hacen del espacio virtual un espacio nada tiene de democrático como creen la mayoría de las personas.
También sostiene que el concepto “realidad virtual” debe ser entendido como “un sistema informático usado para crear un mundo artificial donde el usuario tiene la impresión de estar en dicho mundo, siendo capaz de navegar a través del mismo y de manipular los objetos que hay en él”

Para Echeverría “lo virtual” tiene su significado a partir de la necesidad de responder a los cambios del mundo actual. Pero esto me lleva a un interrogante: ¿lo virtual responde a los cambios del mundo o es el mundo el que cambia producto de lo virtual?

Pensando en la influencia que la realidad virtual tiene en nuestras vidas, Echeverría se refiere con el concepto de “realidad infovirtual” a las formas de realidad virtual que son creadas por las TIC, con lo cual no descarta la posibilidad de otras formas de virtualidad posibles sino que, por lo contrario, mantiene el concepto de “lo virtual” como algo más amplio.

Establece que durante el siglo pasado se fue generando una nueva forma de organización social a la que llama Telépolis, y que a su ves contiene una nueva forma de economía, el telepolismo. Esto trae una conversión de los ámbitos privados en públicos, la transformación del ocio en trabajo y el consumo en producción. La infraestructura de esta Teépolis esta formada por la televison y los medios de comunicacion conjuntamente con otras tecnologías de la teleconexión, donde el escenario son nuestros propios hogares. Allí se generan las nuevas mercancías y los capitales que sustentan el funcionamiento del nuevo tipo de ciudad que no se desarrolla en un espacio real sino en el virtual.
Esta Telépolis existe mientras las personas se interrelacionan a distancia. En esta relación la mayoría de los ciudadanos no participa en forma activa sino que son solo espectadores aunque en algunos momentos su participación se torna más activa, por ejemplo cuando participan en foros o grupos.

Internet, celulares, TV por cable, dinero electrónico, dvd, juegos en red son ahora parte de nuestra vida cotidiana pero nos han traído nuevas prácticas, un cambio en la concepción del mundo y de las relaciones interpersonales. Nada de apocalíptico hay en este desarrollo según la mirada de este autor, sino, por el contrario, es muy esperanzadora ya que ve innumerables ventajas acerca de este nuevo entorno. Solo establece que una de las cuestiones que están para resolver es el tema del poder. ¿Quién detenta el poder en este entorno? Porque pensar en que la tecnología es sólo entretenimiento es pecar de muy ingenuo. En este medio, donde fluye toda la información es importante determinar quien la regula ya que esto se transforma en un espacio de poder. Sostiene también que Internet es como una ciudad transcultural que hay que civilizar, democratizar y humanizar.

De cualquier modo persiste la necesidad de constituirnos como persona en esta sociedad actual en este tercer entorno.
Un interlocutor válido para que esto ocurra es la educación aunque esta misma deberá transformarse y adecuarse a esta nueva realidad.
Construir un verdadero sistema educativo en el tercer entorno es actualmente el desafío. Para esto se deberá reflexionar, transformar el conocimiento y establecer las relaciones necesarias para poder insertarse en el sistema de redes y vincularse en el espacio virtual que es mucho más que llevar Internet a la escuela.
El verdadero desafío actual es llevar la escuela a Internet, donde esta transforma y es transformada por las nuevas tecnologías del aprendizaje. Esto es tarea de los docentes pero nada pueden hacer si no se les brinda la infraestructura necesaria y eso es tarea del estado.
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